montañas

Jorge Rodríguez Rueda

Conocí a Rosa Torres en 2013 por motivos de trabajo, y en seguida sentí una conexión con ella. Su carisma y su personalidad me atrajo de inmediato y en muy poco tiempo surgió entre nosotros una amistad de esas que sabes que van a durar siempre. Porque es una de esas mujeres cuya compañía te enriquece y te motiva. Apenas han pasado ocho años y sin embargo tengo la sensación de que la conozco de toda la vida. Porque Rosa es una mujer cercana que te hace sentir parte de ella.
Artista multidisciplinar iniciada en el arte de la cerámica, decidió volcarse en la pintura sobre seda hace ya treinta años, cuando seducida por la belleza y calidez de ese material decidió que sería a ello a lo que se dedicaría profesionalmente en cuerpo y alma.
Desde entonces sus trabajos han sido reconocidos en multitud de lugares, expuestos en galerías y adquiridos por una variada gama de clientes con un denominador común: el gusto por lo bello y exclusivo. Cuadros, pañuelos, kimonos y todo tipo de complementos llevan el sello de la elegancia y personalidad de esta artista manchega, murciana de adopción. Los premios recibidos, así como las críticas positivas a su trabajo son el aval de esta incuestionable artista. Aunque para mí, su mayor aval es ella misma. Su calidad humana y su arrolladora personalidad.